por Valeria Lambert
@valerialambertdg
A pesar que Bolivia es un país pluricultural y más del 45% de su población es indígena, la representación de la sociedad se mantiene blanca y hegemónica. Además de eso, Bolivia, como los demás países latinos, aún se rige bajo el machismo y los ideales católicos que oprimen a las mujeres.
Partiendo de estos dos temas es que en el 2019 surgen los inicios del proyecto documental MADRE de la fotógrafa cochabambina Marisol Méndez, cuyo tema principal es la influencia de la raza y la religión en la mujer boliviana.
Acerca de la autora
Marisol Méndez es una fotógrafa boliviana nacida en la ciudad de Cochabamba (1991). Estudió comunicación audiovisual en la Universidad de Palermo en Buenos Aires e hizo una maestría en fotografía de moda en Reino Unido en la University of the Arts London. El haber vivido en esas ciudades, donde se celebra lo diferente, la incitó a buscar y desarrollar su propia individualidad.
Marisol Méndez es parte del colectivo sin fines de lucro, Women Photograph, que tiene como objetivo dar visibilidad a las mujeres dentro del periodismo visual. Por ello, Méndez dialoga con otras mujeres fotógrafas que, al igual que ella, exploran la representación de la mujer.
El proyecto
El proyecto foto documental MADRE consta de una colección de imágenes que desafían al machismo tan común dentro de nuestra sociedad, y celebran la complejidad y diversidad de la cultura boliviana mediante la representación de sus mujeres. Es una experiencia catártica mediante la cual las mujeres tenemos la oportunidad de reconectar con nuestra feminidad.
Esto se logra mediante fotografías, en su mayoría retratos, que juegan con la realidad y la ficción. A pesar de que las fotografías fueron planeadas y calculadas, la luz natural en ellas nos hace sentir que estamos dentro de un momento real, nos transportan a ese escenario.
Las fotografías se sienten naturales gracias a su bajo contraste. Cada una tiene un alto nivel de expresividad, los rostros de las mujeres nos cuentan historias, acompañadas de elementos llamativos como vestimenta tradicional boliviana y utilería.
En este proyecto, Méndez experimenta con el surrealismo, nos transporta a otros mundos.
Por otro lado, se siente disrupción en el proyecto, al representar desnudez y desafiar la mirada acusadora de la sociedad boliviana que reduce a las mujeres al Madonna Whore Complex: ser santas, intocables y por ende dignas de respeto (representado por la Virgen María) o promiscuas que les pertenecen a los hombres y no merecen respeto (María Magdalena).
Méndez indica que durante las sesiones, les preguntó a cada una de las mujeres retratadas por cuál de esas dos figuras femeninas se sentían más identificadas, para darles el poder de controlar su narrativa. Las mujeres retratadas, a pesar de su diversidad, tenían una cosa en común entre sí, todas vivieron alguna forma de discriminación, machismo o violencia. Méndez les dio la oportunidad de reclamar su poder, y formó conexiones con ellas, capturó sus almas en las fotografías.
A nivel compositivo, los retratos tienen como protagonistas a las mujeres, cada una al centro de las fotografías. El fondo nos permite saber dónde estamos, nos pone en contexto. El manejo del color depende de la fotografía, en algunas se aprecian detalles que resaltan por su contraste, otras fotografías están en blanco y negro.
También incluyó fotografías que tomó de otras fotografías físicas extraídas de sus archivos familiares.
Esto nos da un vistazo hacia los orígenes del proyecto y, de cierta manera, nos traen de vuelta a la realidad, ya que estas fotografías no fueron tomadas originalmente para formar parte de este proyecto fotográfico. Cabe agregar que, Méndez no solo incluyó retratos de mujeres en el proyecto, sino también naturaleza. Representa el pecado y la feminidad de maneras incluso más subjetivas y simbólicas.
Conclusiones
En conclusión, Marisol Méndez logra con este proyecto reescribir la historia de las mujeres bolivianas, liberándolas de los ideales que las oprimen. Nos da un vistazo hacia las vidas y las historias de las mujeres que retrata y nos invita a reclamar nuestro poder.
Además, nos ofrece una representación de las mujeres bolivianas que se podría decir, es algo nuevo para nuestros ojos y posiblemente abre la puerta para que nuestra sociedad se retrate de maneras más acercadas a la realidad, sin regirse por los ideales de belleza hegemónicos, el racismo y el clasismo.
Por otro lado, nos muestra cómo la realidad y la ficción se pueden combinar de una manera que se siente natural que, en todo caso, se acerca más a la realidad que la misma realidad.
Personalmente, por estas razones es que MADRE es mi proyecto fotográfico favorito, porque siento una conexión, no solo con el proyecto en sí, sino también con las mujeres y la feminidad. El conocer este proyecto fue una experiencia totalmente refrescante, ya que la representación de las mujeres bolivianas en los medios principales está muy alejada de la realidad.







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