Al momento de elegir un empaque se preguntan ¿qué tan importante es el empaque en la decisión de compra de mi cliente final? O por el contrario, ¿la decisión de compra radica en la funcionalidad y el precio de venta?
Un buen empaque funciona como estrategia de venta al ser una forma de comunicar al cliente el contenido, funcionalidad, bondades y demás características del producto al momento de tomar la decisión de compra, debido a que no siempre estará un asesor de ventas que comunicará los beneficios que tiene el elegir dicho producto.
Todo empieza con la necesidad del cliente de hacer determinada compra y la búsqueda de satisfacer esta necesidad, lo que nos debe llevar a que el empaque que se elija para los productos pueda marcar la diferencia en los puntos donde serán exhibidos, pues estudios han demostrado que la decisión de compra en el punto de venta está entre el 70% y 85% y la competitividad que hay con otras marcas del mismo producto es alta.
Haciendo que tanto la exhibición como el empaque tengan mucha relevancia al momento de vender; pero, ¿qué se debe tener en cuenta para que el empaque influya en la toma de decisión de mi cliente de manera positiva y logre obtener más ventas?
Para que el empaque como medio publicitario y transmisor de valores del producto influya de manera positiva se deben tener en cuenta algunos puntos de relevancia como lo es tener la claridad de lo que se va a comunicar con el producto y publicidad, la estrategia específica que se quiere usar, la relación costo-beneficio, que la elección oriente a los gustos, necesidades y expectativas del cliente objetivo, ubicación del producto a exhibir, entre otras.
Adicional a esto el material que se elija para el empaque también es fundamental dado que la sostenibilidad de este cada vez toma más fuerza entre los consumidores, el diseño que se elija debe ser funcional y proteger al mismo tiempo el producto sin perder visibilidad, ni estética, ayudando a posicionar la marca, transmitir calidad e identidad aumentando las posibilidades de venta.
Se debe considerar que los propios consumidores han hecho ya del packaging de Navidad algo esperable. Es decir, esperan que las marcas cambien su empaque durante las fechas y que lo adecúen al espíritu de la temporada.
Los expertos del marketing comentan que en el caso de las tazas de Starbuscks, la compañía lanza una especial para la temporada navideña, que aparece antes de que la Navidad llegue oficialmente.
Otro caso es el de la compañía Coca-Cola. La firma hace acciones diferentes en cada país: en Reino Unido lanzó una cuenta atrás antes de desvelar el packaging y en Japón presentó una versión especial que convierte a la etiqueta en un lazo de regalo. En general consigue crear mucha expectación y asentar su empaque como algo memorable y especialmente navideño.
La narrativa visual se convierte en una herramienta poderosa, ya que el diseño gráfico cuenta historias visuales que conectan emocionalmente a los consumidores con la temporada. Campañas publicitarias temáticas refuerzan esta conexión, utilizando gráficos que evocan el espíritu navideño en redes sociales, vallas publicitarias y comerciales de televisión.
En un enfoque más allá de lo estético, los diseños que comunican compromisos con la sostenibilidad y la responsabilidad social resuenan especialmente durante la temporada navideña. Esta conexión emocional, junto con experiencias de desempaque diseñadas para ser especiales, contribuye a la creación de un ambiente festivo alrededor de los productos y empaques, capturando la atención y el afecto de los consumidores.
Comentarios
Publicar un comentario