Un tema del que no se habla mucho en la carrera de diseño gráfico es la responsabilidad social que tenemos como diseñadores. El diseño es una herramienta poderosa ya que influye, comunica, persuade, etc. Por este motivo, como diseñadores tenemos influencia sobre nuestro entorno y las personas en este mismo.
Es fácil subestimar el diseño gráfico, ya que es una carrera poco apreciada por muchos. Sin embargo, el diseñador tiene una influencia fuerte sobre su entorno, lo cual lo hace responsable de tomar decisiones que influyan positivamente en este mismo. A veces los diseñadores se dejan llevar por elegir proyectos que tienen una estética agradable, que este acorde al gusto subjetivo, pero es importante ver más allá. El diseñador tiene la posibilidad de ser un agente de cambio y trabajar por un mundo mejor.
El diseño gráfico responsable crea espacios accesibles para las personas, comunica mensajes que tengan un impacto positivo y busca ser útil a su entorno. ¿Cómo aplicar esto en proyectos?
Se puede empezar por elegir proyectos que inspiren y que tengan un impacto positivo en las personas. Esto generara la idea de que los proyectos de diseño pueden ser parte de una causa más grande, que tienen un propósito que va más allá de lo estético. Los proyectos en los que se elija trabajar deben ir de acuerdo a los valores personales y los de la marca propia. Los proyectos reflejan principios, reflejan a la marca y reflejan al diseñador. ¿Quién eres? ¿Quién quieres ser? ¿Cuáles son tus valores?
Después de elegir proyectos teniendo en cuenta que estos generarán impacto en el entorno, se debe tener objetivos claros para el diseño. ¿Cómo hacer que mi diseño genere un impacto positivo? En primer lugar, tomar en cuenta la accesibilidad. Hacer que la información que se presenta sea accesible para el público; mucho más si esta es compleja o difícil de entender. Se debe hacer que la información necesaria llegue al usuario a través del diseño. Utilizar el diseño como un puente de información y conocimiento.
Asimismo, es importante ser inclusivos a la hora de diseñar. Que estos puedan lleguen a distintos grupos de personas con dificultades o discapacidades. Por ejemplo, diseñar teniendo en cuenta a personas con dislexia, utilizando fuentes y tamaños adecuados. Esto variará dependiendo del proyecto en el que se este trabajando, ya que no siempre se tiene la posibilidad de ir más allá de lo establecido. Sin embargo, siempre hay que tomar en cuenta: ¿Cómo hacer que esta información sea más inclusiva? ¿Estoy considerando a diferentes grupos?
En conclusión, es importante que como diseñadores tengamos una conciencia social. Debemos reconocer que nuestro oficio puede ser una herramienta poderosa para el cambio y que tenemos la responsabilidad de usar nuestro trabajo para mejorar la sociedad y nuestro entorno.
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