Con solo ver un logo, un empaque de algún producto o un anuncio, nos hace sentir algo en específico; puede ser, ya sea, tristeza, confianza, calma o incluso hambre. Esto no es solo por una simple coincidencia. Es porque el diseño está con un buen manejo y tiene la capacidad para despertar emociones en nosotros. También ayuda a que las marcas puedan conectar con su público objetivo.
Respecto al color, cada uno tiene una gran carga emocional, ya que todos tienen distintos significados; por ejemplo, el rojo generalmente está asociado con la elegancia, pasión e incluso hasta el apetito; por eso varias empresas de comida lo utilizan. En cambio, el azul representa algo tranquilo, seguro, confiable. Lo utilizan más que todo empresas de tecnología y salud; es algo que va más allá de lo estético; cada color nos influye.
En lo tipográfico, las letras literalmente nos hablan, cada letra tiene una personalidad propia, las tipografías con líneas gruesas y con formas curvas nos generan sensaciones de cercanía y amistad, en cambio las letras más delegadas, finas o elegantes dan una sensación de exclusividad y sofisticación, es decir, de acuerdo a la tipografía que escogemos nos pueden decir a qué lado va el diseño en general. Con esto vemos que cada decisión que tomemos, por más pequeña que sea, tiene bastante significado.
El orden en que ponemos los elementos también significa algo. Por ejemplo, un diseño que tiene mucho espacio en blanco, nos da más paz y orden, mientras que un diseño que esté más cargado, significa que hay más dinámica y energía.
En conclusión, el diseño es algo más que éste solo bonito. Tiene que poder comunicar de una manera simple a los consumidores objetivos de la empresa. Cada color, letra, espacio, imagen juntados cuentan una historia, despiertan emociones y todo esto sin decir una palabra. Esto afecta a los consumidores de la manera que si no hacemos un estudio de mercado correcto, y este público en específico que escogimos no lo entiende, estaría mal, no feo, porque no existen diseños feos, solo lo que no funcionan como deberían porque no está comunicando lo que quieren. Siempre debemos intentar ser el primero en la mente del consumidor.
Si logramos una buena comunicación, transmitimos confianza, que es lo más importante a la hora de hacer cualquier diseño. Podemos ayudar a que la marca igual sea recordada fácilmente. Se puede generar una identidad, una comunidad; un diseño que refleje los valores de la marca atrae a consumidores que justo están buscando eso, lo que facilita la decisión de compra.
Finalizando, debemos lograr que nuestra marca sea clara y auténtica, fiel a la empresa, para así poder posicionarse en la mente de los consumidores.
Michelle Molina
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