Nombrar una marca o proyecto es una tarea compleja, incluso para quienes trabajamos en el área creativa. Elegir un nombre va más allá del reconocimiento; representa la identidad y es aquello que permanecerá durante el crecimiento y evolución de ese proyecto. En el caso de las marcas, el nombre debe resonar tanto interna como externamente, lo cual puede generar malos entendidos, ya que la visión sobre la marca es cuestión de la perspectiva de cada uno. Por ello, es importante gestionar el proceso de manera inclusiva, donde todos se sientan involucrados y aporten ideas que puedan ayudar a nombrar a dicha marca.
Este ejercicio creativo es básico para ofrecer a los usuarios una primera impresión sólida de la marca en un mercado saturado de diferentes empresas que cada vez buscan más diferenciarse. Destacar requiere no solo racionalidad, sino también una conexión con la identidad, principios y valores de la marca, lo cual facilita el boca a boca y permanezca en la mente de los consumidores, un beneficio clave para las empresas.
El proceso de creación de un nombre implica diversas etapas, desde el análisis del mercado para entender la comunicación, la competencia y el público objetivo. el reflexionar sobre los valores y principios que el nombre debe reflejar y cada partícipe pueda sentirse orgulloso de él. Tras este diagnóstico inicial, se realiza una lluvia de ideas entre los involucrados para recopilar diferentes percepciones de la marca y lograr una decisión consensuada y que verdaderamente refleje quienes son.
Después de generar varias ideas, es fundamental establecer criterios claros para evaluarlas: simplicidad, pronunciabilidad, originalidad, relevancia y disponibilidad de dominios web, lo cual actualmente ayudaría inmensamente a marcas que buscan destacarse y ser accesibles y únicas. Probar algunas opciones en grupos de enfoque o mediante encuestas puede ofrecer perspectivas valiosas del público objetivo.
Antes de decidirse por un nombre, es esencial verificar que no infrinja derechos de autor o marcas registradas importantes ya que esto puede caer incluso en cuestiones legales. Una vez elegido el nombre, el siguiente paso es desarrollarlo y darle vida a través de juegos de palabras, frases y conceptos que refuercen la identidad y el reconocimiento de la marca.
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