
En los últimos años, el diseño gráfico ha cambiado de ritmo. Todo se volvió más rápido, más automático, más demandante. Ya no alcanza con saber diseñar: ahora se espera que una sola persona pueda animar, programar, entender redes, pensar estrategia y además hacerlo todo sin protestar y a buen precio. Y si no puede, hay una herramienta con inteligencia artificial que “lo resuelve”.
Un artículo de Creative Bloq sobre una publicación viral de la diseñadora Priyanka Rana me llamó la atención. En él se habla de cómo esta presión constante está desgastando a muchos diseñadores y distorsionando la percepción de este oficio. Porque sí, sabemos que hay herramientas nuevas, y que es importante adaptarse. Pero una cosa es aprender, y otra muy distinta es tener que ser “todo a la vez”.
Lo más valioso del artículo es que no solo se queda en la crítica. Propone una salida: recuperar el foco. Volver a la creatividad como el centro, sin quedar atrapados en la urgencia de producir para todo, todo el tiempo. Priyanka habla de diseñar con ética, con propósito. De pensar en accesibilidad, en sostenibilidad, en el impacto real que tiene lo que hacemos. Eso no significa romantizar el pasado ni rechazar la tecnología, significa defender lo que hace que este trabajo tenga sentido. Diseñar no es solo armar algo que se vea bien, es interpretar, decidir, construir visualmente una idea.
A veces hace falta escuchar cosas simples, pero necesarias como “no hace falta dominarlo todo". Empezar por lo esencial como composición, color, tipografía y construir desde ahí con claridad puede ser la mejor forma de resistir al ruido y a la presión. El diseño sigue siendo un oficio valioso, aunque haya que recordarlo de vez en cuando.
Te invito a leer:
Creative Bloq. (2025). “Los diseñadores gráficos no son magos”: ¿se está volviendo demasiado exigente la industria?
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