Ir al contenido principal

SI NO CONECTAS, NO VENDES: BRANDING EMOCIONAL EN BOLIVIA


En un mercado cada vez más saturado y competitivo como el boliviano, las marcas ya no compiten solo por atención, compiten por conexión. En este escenario, el branding emocional ya no es una estrategia opcional; explicándolo brevemente, citaré a Marc Gobé, autor de
Emotional Branding: The New Paradigm for Connecting Brands to People:

“El Branding Emocional proporciona los medios y la metodología para conectar los productos con el consumidor de una manera emocionalmente profunda.”

En sí, es una estrategia que busca crear un vínculo afectivo entre la marca y el consumidor más allá de sólo enfocarse en los beneficios funcionales del producto o servicio, apelando a sentimientos y aspiraciones personales.

Bolivia es un país rico en diversidad cultural, con un fuerte sentido de identidad regional, desde las celebraciones tradicionales hasta los movimientos sociales, el boliviano siente profundamente, lo cuál también se traslada al consumo.

Un estudio ‘1.000 Bolivianos Dicen’ de Omnicom Media Group (2023) mostró que:

“...el consumidor demanda marcas con propósito, donde el reto para las mismas está en involucrarse más que decirlo. Entre los temas que más interesan que las marcas tomen partido para el boliviano están el medioambiente y la inclusión.”

Este dato es vital para entender cómo este involucramiento puede impactar directamente en la fidelidad del consumidor local en temas externos a coyunturas económicas y culturales. 

En sí, la fórmula para alcanzar esto es clara, es involucrarse y alinearse a todos aquellos valores sociales en común, contando con narrativas humanas y reales apoyado de simbologías locales que generen vínculos emocionales profundos.

Por: Emilio Jiménez

Comentarios

Entradas populares de este blog

No estudié arte, pero terminé haciendo arte con propósito

  Desde muy joven, soñaba con estudiar artes visuales. El arte siempre fue mi lenguaje más sincero, mi forma de conectar con el mundo. Pero por circunstancias de la vida, ese camino no se dio. En su lugar, llegué a una carrera que, en su momento, no entendía del todo: diseño gráfico. Al inicio me sentía confundido. Sabía que no era lo mismo que una carrera de bellas artes, pero tampoco tenía muy claro hasta qué punto se alejaba o se acercaba a lo que yo amaba (artes).   Con el tiempo entendí que el diseño no es arte. El  diseño es estrategia, comunicación visual, es resolver problemas, es investigar, es proyectar soluciones. Pero eso no significa que el arte y el diseño estén peleados. Más bien, descubrí que hay un punto donde se encuentran y se complementan de formas increíbles. Ese punto de encuentro, para mí, fue la ilustración.   A través de la ilustración encontré una forma de canalizar mi necesidad expresiva y artística dentro de un marco de comunicación visual...

Redes sociales para creativos y su marca personal

  En estos últimos cinco años he aprendido que las redes sociales pueden ser una de las herramientas más poderosas para los creativos. No solo como una vitrina de exposición de lo que hacemos, sino como un espacio donde construimos una marca personal, generamos comunidad, y eventualmente, monetizamos nuestras habilidades. No es magia: es estrategia, autenticidad y consistencia.   Siempre digo que las redes sociales son como un mar abierto para los creativos. Si sabes navegar bien, con una buena dirección y entendiendo a quién quieres llegar, puedes posicionarte, vender tus productos o servicios, e incluso vivir de tu creatividad. Lo he dicho en talleres y charlas, y lo repito ahora: es una gran oportunidad para quienes entienden que crear contenido no es solo publicar,  sino comunicar con intención.   Una estrategia de contenido adecuada puede ayudarte a monetizar tus habilidades, y lo mejor es que puedes hacerlo siendo tú mismo. Porque en redes, como en la vida,...

Burnout estético – El diseño como una carga emocional.

  Ser diseñadores implica mirar el mundo con otros ojos.  Aprendemos a ver patrones donde nadie los ve, a identificar errores tipográficos en carteles del supermercado, y a pensar en composición hasta en una foto casual.  Ser diseñador no es solo una carrera:  es una forma de estar en el mundo y existir con él.   Pero esa sensibilidad visual, que es lo que nos da identidad, también puede convertirse en una jaula. En un entorno donde todo comunica, el diseñador se vuelve un filtro visual permanente para el resto de la sociedad. Nunca descansamos. Nunca dejamos de mirar. Nunca dejamos de pensar en cómo se hicieron las cosas y en las infinitas posibilidades que no existen para resolver el mismo problema.  Esta hipervigilancia estética es una doble espada: por un lado, nos mantiene alertas y creativos; por el otro, nos desgasta. Y mucho.   El burnout estético es esa sensación de estar saturado no solo de trabajo, sino de estímulo visual. Es el a...