ALEJANDRO MAGALLANES Y EL ARTE DE CREAR DESDE LO QUE OTROS NO VEN
Hay diseñadores que te marcan por su técnica, otros por su trayectoria… y después están esos que te explotan el cerebro por la forma en que ven el mundo…Para mí, Alejandro Magallanes es uno de ellos. La primera vez que vi su trabajo fue como un golpe visual, sus composiciones, sus decisiones tan libres y su manera de romper las reglas me hicieron repensar todo lo que yo creía que era el diseño gráfico.
Lo que más me impacta de él no es solo su estilo (aunque claramente es reconocible) sino la forma en que logra transformar lo cotidiano en algo poderoso, sus ideas nacen de lo más simple: una palabra, un garabato, un objeto encontrado, una contradicción. Hay algo profundamente espontáneo en su forma de crear, como si diseñara desde un lugar muy honesto y para mi eso es valiente.
Mientras más observo su trabajo, estoy más segura de que no trata de impresionar a nadie, sino de comunicar algo que él necesita decir, con los recursos que tenga a mano. Eso puede ser una tipografía dibujada a mano, una foto intervenida, o una idea absurda que, al verla, se siente más real que cualquier cosa “bien hecha”, y ahí está la magia: lo suyo no es diseño para decorar, es diseño para incomodar, para hacerte pensar, para hablar de política, de muerte, de deseo, de absurdo. Me inspira muchísimo cómo se mantiene libre dentro de un mundo del diseño que muchas veces es rígido, estructurado, perfeccionista. Magallanes me recuerda que el error puede ser parte del mensaje, que no todo tiene que estar pulido para ser potente, se puede ser caótico sin dejar de ser claro.
Si tuviera que definirlo, diría que Alejandro Magallanes no diseña desde el deber, sino desde el deseo. Y eso, para quienes diseñamos con pasión, es una invitación constante a no olvidar por qué empezamos en primer lugar.
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