CÓMO EL DISEÑO SALVÓ MI VIDA
Nunca imaginé que algo tan aparentemente “superficial” como el diseño gráfico terminaría siendo una salvación. Para muchos, diseñar es crear cosas “bonitas”; para mí, fue encontrar sentido en medio del caos. En una etapa en la que no sabía bien quién era ni hacia dónde iba, el diseño me dio estructura, me enseñó a mirar con otros ojos, a observar, a sentir, a cuestionar….me mostró que el mundo no es solo lo que vemos, sino lo que somos capaces de reinterpretar.
Cuando todo a mi alrededor parecía desordenado…emociones, decisiones, vida personal, el diseño me dio algo que podía moldear con mis propias manos.
Me recordó que incluso en el descontrol puede haber belleza, que las cosas imperfectas, rotas, o mal alineadas pueden comunicar mucho más que lo “correcto” y…fue cuando empecé a entender que no tenía que encajar en ningún molde, que podía “diseñar” mi propia forma de vivir.
A través del diseño, aprendí a narrar mis pensamientos, a convertir el dolor en proyectos, el amor en tipografías, la rabia en collages, y la esperanza en color. Me transformé… de una persona perdida a una creativa que no le teme a explorar, a fallar, a romper y recomponer.
Y eso es lo que más me inspira a compartir….: que todos tenemos algo que puede salvarnos, algo que nos ayuda a ver la vida con más intención. El diseño no solo está en las revistas, en las pantallas, o en las marcas; está en cómo eliges vivir, en cómo ordenas tu cuarto, combinas tu ropa, haces un regalo, o escribes una nota.
El diseño es decisión, es expresión, es vida, y en mi caso…. fue salvación.
Si al leer esto sientes que no encontrás tu lugar en el mundo, que nada tiene mucho sentido, te invito a crear, dibujar, escribir, diseñar, lo que sea…porque….quizás, como me pasó a mí….empieces a encontrarte.
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