Actualmente nuestros ojos apenas descansan, pasamos horas en el celular, para luego ver la pantalla de la computadora y luego a la televisión, anuncios led en la calle y nuevamente la pantalla de nuestro celular. Todas estas pantallas de manera constante nos genera un cansancio visual terrible, lo que me lleva a preguntarme, ¿Cómo diseñar algo que no solo sea visto, sino recordado?
Al hablar de cansancio visual no me refiero a una metáfora, ya que es algo muy real, el cual se manifiesta a través de ojos secos, visión borrosa, dolor de cabeza pero a su vez una desconexión estética (nuestra capacidad de tomar atención plena a una imagen o mensaje). Como diseñadores no podemos ignorar esta problemática, ya que diseñar en estos tiempos es diseñar para una audiencia sobre saturada.
En esta situación los principios tradicionales del diseño ya no son sólo alternativas a las que podemos recurrir, si no que se convirtieron en herramientas de supervivencia visual, un diseño minimalista no es así por moda, sino porque permite respirar a la vista, este ejemplo nos demuestra que la legibilidad se a convertido en una forma de empatía.
Diseñar para ojos cansados conlleva supervisar el ritmo visual de forma constante lo que nos lleva a hacernos preguntas como: ¿Es necesario incluir 3 tipografías distintas? ¿ Estoy comunicando o saturando más la vista de mi espectador?.
A pesar ciertas limitaciones, esto no quiere decir que debamos renunciar a nuestra creatividad, si no que debemos tomarnos el tiempo de entender el medio de ruido , ya que la notoriedad no siempre equivale a lo más brillante, si no lo más claro, A veces es necesario una pausa visual, una composición limpia y silenciosa, esto genera más impacto que un diseño que comunica de forma brusca y ruidosa.
Diseñar para una sociedad visualmente agotada no es solamente un gesto de empatía si no que también se convierte en una responsabilidad profesional, cuando todos compiten por atención el rol del diseñador no es gritar más fuerte a través de composiciones pesadas a la vista, si no de ponerle orden al caos haciendo uso de los principios del diseño, ofreciendo
así espacio donde el espectador pueda comprender sin tanto cansancio acumulado en su vista.
Si seguimos diseñando solo para impactar o destacar con más ruido terminamos formando parte del problema, parte de ese ruido que queremos superar, pero si tomamos ese ruido como un reto podremos lograr diseños menos ruidosos, más claros, más útiles y por lo tanto más sostenibles a lo largo del tiempo.
Por: Fabiola Vallejos:
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