“Eso lo hago en Canva”.
¿Te suena? Seguro lo escuchaste de un cliente, un conocido, un meme o incluso lo pensaste alguna vez.
Vivimos en una época donde el diseño parece estar al alcance de todos, y las plataformas de diseño online que ofrecen miles de plantillas o las nuevas IA´s que generan cualquier imagen no ayudan. El problema no es Canva. Esta plataforma es una excelente herramienta de diseño rápido. Da acceso fácil y brinda muchas posibilidades a quienes no tienen formación en diseño, y eso está bien.El problema es cuando se empieza a creer que el diseño se trata solo de elegir una plantilla linda, cuando lo estético se impone sobre lo funcional, y el mensaje se diluye.
El diseño no es decorar. El diseño es decidir.
Un diseñador no elige una tipografía porque "se ve bien", sino porque transmite una intención, sabe cuándo una serif funciona mejor que una sans. y sabe cuándo no usar una tendencia que solo afecte tu marca. El diseñador estudia el público objetivo, la competencia, el tono, etc. Una plantilla jamás va a saber qué necesita tu marca realmente. Entonces…
¿Por qué se sigue infravalorando nuestro trabajo?
La falsa competencia
Canva y herramientas similares nos obligan a redefinir nuestro valor como diseñadores.
No basta con entregar un archivo bonito, ya que muchos eligen canva ya sea por el costo económico, la velocidad por con la que puedes tener resultados y/o lo estético que se ven sus plantilla. Los diseñadores tienen una crisis en su promoción. La aparición de ia y webs de diseño no significa que el diseño profesional haya perdido valor. Significa que tenemos que aprender a mostrarlo mejor.
¿Cómo revalorizar nuestro rol como diseñadores?
Educar al cliente, explicar el procesos y no solo entregando resultados.
Incluir al cliente, que vean todo lo que pasa antes de abrir Illustrator.
Hablar de propósito, no solo de estética.
Decir que no, aunque se vea lindo pero explicar por qué la elección.
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